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No, nada
 

 

¿Qué se puede decir de una fotografía que es solamente fotografía, de una imagen que sólo es imagen? ¿Qué se puede decir acerca de aquello que pretende no decirnos nada? ¿Qué sentido podrían tener estas palabras que presento? ¿Qué sentido podrá tener la fotografía?, mejor aún ¿Qué sentido podrá tener un autor para aquella fotografía?.

 

Es la operación la que articula la evidencia, la que nos presenta a la fotografía en su dimensión más material, al punto de volvérsenos el papel en vidrio, de transparentar nada más que su referente, de desterrar el vilipendiado simbolismo, en consecuencia, de reducírsenos a un cero. Un cero despreciable y existente a su vez.Digo “no digo nada” y, sin embargo, lo digo. Es la bella capacidad del lenguaje de poder abordar lo inabordable, de habitar en lo abstracto. Se concibe entonces a la fotografía como uno de esos lenguajes, como un código que es tremendamente capaz de abordar vacíos.

 

¿Qué impide que me pueda mantener al margen de mi propia consideración?.

 

Ocurre que somos nosotros los que disponemos de vacíos entre las cosas; pues entonces, ¿por qué debiésemos valernos sólo de las cosas y no de lo que hay entre ellas?. El asunto es la negación, lúcida y nihilista, la única manera de ser es a veces la de no ser.

 

 

(Fotos de "No, nada" en colectiva "Tránsitos & Transiciones / Ser Y No ser" en Museo de Artes Visuales MAVI, Santiago de Chile, 2006. Cuarduría de Mario Fonseca.)

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